La escritura manuscrita, como método de comunicación humana, tiene su naturaleza social en un proceso consciente de aprendizaje y evolución continuos desde la infancia, basados en un origen cerebral, neurofisiológico y psicosomático. Esta circunstancia conlleva que la persona que escribe de manera espontánea proyecte su personalidad en el texto y en la forma en que está escrito.
El experto en grafología es capaz de describir y analizar aquellos rasgos gráficos más exclusivos del autor, para formar un perfil específico que refleje los aspectos fundamentales de su personalidad. La grafología es una técnica no invasiva, ya que no requiere la presencia ni la interacción directa con el sujeto de estudio, que se constituye en complemento de la psicología.